Reflexiones bíblicas motivadoras No hay más de un misterio





Los textos bíblicos nos brindan una enseñanza profunda sobre el sufrimiento de Cristo. En ellos podemos encontrar varias lecciones que podemos aplicar a nuestras propias vidas.

En un contexto donde los discípulos se carearían a traición e odio incluso de familiares y amigos, Jesús les recalca la importancia de la obediencia y fidelidad a Dios.

El gran esfuerzo del hombre es la voluntad de estar en el sufrimiento. Inevitablemente queremos escapar.

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– Recapacitar que el sufrimiento no es en vano y confiar en que Dios puede usar nuestros sufrimientos para su paraíso y nuestro crecimiento espiritual.

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Él les advierte de que serán vistos como ovejas entre lobos y deben ser astutos como serpientes, pero sinceros como palomas.

En persona, no podemos evitar participar del dolor casi sofocante a pesar de la condición deteriorada de la obra.

Se entiende que las penas en verdad son diminutas y pasajeras en comparación con el Caudal de edén que nos retraso. Encima, los manantiales de la Chispa divina a favor de la Iglesia y del mundo brotan de la debilidad de los que subren en unión de bienquerencia con Cristo. La necedad del sacrificio de la propia vida por mor de Dios —hasta el límite del martirio— ha sido siempre considerada en la Iglesia como la acción evangelizadora más eficaz.

Pido también que les sean iluminados los Luceros del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la extensión de su poder a atención de los que creemos.

Diez ángeles en el paraíso retuercen sus manos, cubren sus rostros, retuercen sus cuerpos y abren sus bocas en silenciosa angustia. Los hombres se muestran asolados por la pena, sus rostros reflejan expresiones serias y desoladas.

En todo caso, el here sufrimiento hay que evitarlo, pero cuando no es posible entonces lo podemos ofrecer uniéndolo a los padecimientos de Cristo. 

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